hubountiempo

hoy perdí un jueves, maldito clonazepan, que me mantuvo ajena hasta las 6 de la tarde. y recordé el día que perdí  ya no se si un viernes o un martes, se sintió como miércoles, si.
soñé que era invisible, aunque por momentos mi lengua no. y era un arcoiris, un montón de colores para besar y lamber. y lambía bocas, y cuellos, y lenguas. y alguien si me veía, sin verme. esperaba.
me trepo a un árbol muy grande y tupido, me refugio allí. y vos de alguna manera sabes que estoy ahí. aunque no este, aunque pasen los años, el tiempo, ese invento... y quizá muera sobre ese árbol.
y se que hay algo ahí que trasciende el tiempo y el espacio. no siempre fui invisible, ni lo voy a ser eternamente, hubo un tiempo en el que nos miramos a los ojos. cuantas invisibilidades existen.
arrollito detrás de mi casa, un puente, y a cuatro cuadras el mar. una calle de piedra y una maldición.

Excusas

Cual fue tu excusa antes?
Yo se que tenía una muy buena,
pero el caso es que la he perdido.
La tenia bien guardada (la había memorizado como un destino irreversible)
Y en un descuido un día la excusa se me escapo entre besos.
La vi irse, y no pude detenerla,
tan feliz y tan libre, ella y yo, por aquella separación.

cruzo los dedos

antes siquiera de verte ya sentía tu olor, no la colonia de tu abuela,
ni el perfume de freeshop que te regale, tu olor, impenetrable.
lo que siempre me hiere, es saber. saber que me iría con vos si lo pidieses.
como siempre, pero cada vez menos.
cruzo los dedos cuando paso por tu puerta.
todos los hombresitos nuevos. los misterios, los besos y sexos sin estrenar.
me entretengo con la novelería de lo barato, de lo pobre, de lo fácil.
piropos nuevos, y de los otros, juegos de niños.
este camino ya lo conozco, ya estuve aquí antes, reiteradas veces.
abril nadie, abril fácil, el disfraz sin pastillas, sin llantos, sin carencias.
la pose abril, perfecta para tus abrazos y besos de plástico.
abril dócil. entre risitas de anime.

a ella la quieren casi todos (coger) y algunos menos (amar).
hasta la noche, cuando llego a mi cama una plaza.
y entonces encuentro a tu fantasma acostado. esperándome
para susurrarme entre sueños quien fui y quienes fuimos.


la belleza es una polaroid



te acordas cuando te ame lo suficiente? cuando pequeña, los primeros sabores, la virginidad en todos sus aspectos. la belleza en su estado más puro. la belleza es melancólica, y tiene un destello dorado, bokehs naranjas, que pasan entre pelos enredados, de alguien que se hamaca en una plaza.
la belleza es una polaroid. una sonrisa encandilada, es el intento en la mañana de intima oscuridad con un acolchado desteñido. el sexo enamorado, son los besos, melancolía es sabor a miel.
una canción interminable, un sueño.


a*

Fetidez

Esta vez la sangre podrida fue tanta, que inundó
la cama, la habitación, la cuadra entera.
Me siguió como una pesadilla hasta la parada, y todo
el trayecto a casa.

Esta vez volvía con la mente ensangrentada.
los ojos rojos, la boca con gusto a salitre.
En el ómnibus, la gente me mira, debajo de mi se ha
formado un charco rojo, pestilente.
Quiero arrancarme la ropa, quiero arrancarme la piel.
Olor a muerte hay aquí.

a*

Esquinas

Y yo ya no se que hacer con vos...
Esperar debería no,
en una esquina llueve suavemente,
en calma, ni siquiera con rabia.
Me quedo sin palabras,
frente a la muralla.

Sin cuerdas para escalar tu mirada,
sin corazonadas que me guíen.
Me pierdo por segundos, horas, semanas...
y en la esquina sigue lloviendo con
una serenidad que me irrita.
Me irrita por lo pasiva,
me recuerda a vos.

Parada en esa esquina,
o en miles de otras esquinas,
me quedo inmóvil,
sin herramientas de conquista,
sin más deseo que no sentir
nuevamente tu helado rechazo.

Como si de repente pudiese
caer un rayo sobre vos, sobre los dos
y desaparecer la indiferencia,
como si algo súbitamente cambiara.

Ilusa, de nuevo, no hay rayo, ni cambio,
ni calor, ni cercanías, ni tregua.
Abro los ojos, me caen las gotas en los labios secos,
sonrió con cinismo, no hay nadie delante mio.



a*

Escritos pasados



Pasan las 24 hs sin tomar antidepresivos
Y entonces tengo un olor que no se si quiero tener.

Amanezco sin amanecer, enredada en las frazadas, y sábanas que ya no huelen a porro, no huelen a nada.
Enredada en mi sueño de pirata, en busca aún de mi tesoro, en lucha contra otro enemigo, más peor.
En un barco demasiado grande para defender sin aliados, en una isla fértil, con futuro prometedor. Escapa… del penúltimo sueño, cuando casi no hay chance.

Juguemos un rato a que nos queremos… pero ya no se jugar a eso, me cuesta, no miento. No miento si se que mientes, trato, y de tanto esfuerzo me río de mi misma. Juguemos a que me quieres… juguemos a que lo creo, juguemos a que me importa como la otra vez, cuando estábamos en el penúltimo sueño, y me abrazabas por detrás.

Indigestión de chocolate, indigestión de porro, indigestión de lejanía, de soledad y frío.

Se nubla, se nubia, se cansa, y entonces tengo un olor que no se si quiero tener, es olor a efímera soledad (de ambos)



a*

Llueve de nuevo

Increíblemente tentamos a las casualidades, hoy cuando todo termino de nuevo, cayo otra lluvia, pero esta mucho mas piadosa que la anterior, hoy llovizna, hoy las gotas me dejan entrever una realidad distinta a través de la ventana del auto, o del ómnibus.

Diferente? igual? esta vez los códigos, la otra las pastillas....
No sonó música de fondo, ni grandes cataratas de llantos, el único ruido que se sintió fue "crack"
Crack de nuevo, de nuevo... otra vez

Pero es que ya no se tu idioma, hace tiempo.
Cuando? pues no se, perdi la cuenta ya.

Ahora llueve, pero con esa calma triste de las perdidas previstas, de los ojos cansados, con esa calma. Esa calma que duele más que la furia, al menos con la furia uno puede gritar, pegar, escupir. Con esta calma uno solo queda parado allí, estático, paralizado por la herida.

Sin palabras, sin palabras, la nada en la mirada, los códigos, adiós a los aromas, y a los besos.

Adiós, tentar a la casualidad, a la casualidad de los mundos paralelos, a las incoherencias, a las locuras, mañana te llamo, y paso por mis cosas, mañana te llamo y te digo que te quiero, mañana te llamo para decirte que te odio, mañana...



a*





Este es mi monologo de hoy

Me despierta tu olor, despierto porque me invade;
el alma, y el cuarto. Vuelvo a a realidad, soñaba que estabas
a mi lado, no como quiciera sino como siempre estubiste:
solo me cojias... pero al igual que en el la realidad, en el
sueño yo tambien me conformaba con eso.
El ventilador hace ruido, y me duele la garganta de dormir
toda la noche con él prendido.

Hace calor, y aun siento tu aroma, en una especie de somnoliencia aun te veo a mi lado. De a poco despierto, y ya
no estas ahi.

Me invade de tal manera tu recuerdo, el recuerdo pesado de
el sueño, que me meto a la ducha, mojo mi cara, las gotas
caen sobre mi espalda, tengo el pelo empapado, pero aun no puedo sacudirme el dolor.

Acepto que pienso en vos a diario, pero desde ese inoportuno mensaje desde rocha, volvio la masacre.

Volvi a tener estos sueños intensos, con tu voz susurrandome
al oido, tu piel, tu cuerpo, tu todo, como siempre te
recordare, porque más alla de eso no recuerdo.
No recuerdo las idas al cine, ni el helado de limon en la casa
de tu prima, ni el porro en la intendencia, ni los chocolates...
solo recuerdo tu piel, y tu sudor.

Podria parecer que estoy obsecionada con tu sexo, pero no
es asi, recuerdo solo eso, porque en un desesperado intento
por olvidarte, trato de odiarte, y pensar que solo era eso.
Que eras tan mierda de usarme, aunque por momentos fue
asi.

Me despierta tu olor, y me pregunto cuando va a parar¿?
cuando vas a ser solo un recuerdo, uno que ya no hiera.


Hace un tiempo lei en un fotolog que despues de asecinar a alguien, seria bueno fumarce un cigarro, me pregunto porque
en aquel hotel, todas las veces que me mataste luego solo dormias.

Me matabas cada vez, y cada vez un poco mas, pero yo no
me opuse, disfrute mientras me asecinabas lentamente en
cada encuentro, sin nisiquiera notarlo-

Nunca te diste cuenta de el crimen que cometias. Nunca, nisiquiera ahora, cuando en mi desdichado testamento de
amor, confese cuanto necesitaba de ti, más que esos esfimeros encuentros en hoteles de mala muerte.

Ni siquiera el olor a tabaco y a pieles agenas, a placer ageno
de las sábanas de aquella habitación, opacaban el olor a tu
piel.

Recuerdo el ultimo encuentro, y lo guardo como un niño que guarda el secreto más profundo, lo aprieto contra mi pecho, como te aprerte a vos aquella noche, y casi en silencio
susurre que te queria. Pero vos, sumido en tu mundo,
mientras hacias movimientos cismicos, y continuos no me escuchastes.

Recuerdo también el viento en mi cara cuando me devolvias
a casa, el viento en mi pelo, la vespa subiendo por Mataojo,
y tu olor... siempre tu olor.

Ahora pienso, que si me tocara a mi asecinarte, despues de hacerlo, me bañaria, y me fumaria un cigarro. Despues te acariciaria la boca muy suavemente, me acostaria a tu lado
a mirarte dormir, eso no seria nuevo para mi, ya que de
hecho lo hice durante todo un año en nuestros encuentros nocturnos.

El ventilador sigue haciendo ruido, he vuelto a acostarme, la cama esta revuelta, la gata se acomoda a mis pies, y la
soledad que deja tu recuerdo me hiela los huesos.

Hoy no va a ser un buen dia, como ninguno de los malditos
dias en que sueño que te tengo a mi lado.



a*